HÁBITO 1: SOY PROACTIVO

Cartelera I.E Jesús Rey-2.018



 SER PROACTIVO, DEPENDE DE TÌ
CUENTO: ¡QUE ABURRIDO! ¡QUÉ ABURRIDO!
Samy Ardilla estaba aburrido, aburrido…, muy ABURRIDO. Estoy aburrido mamá, dijo, sin nada que hacer.

-¿Por qué no te entretienes con todos esos aparatos que guardas le preguntó su madre: juguetes, radios, teléfonos rotos…? ¿Ya no quieres jugar con ellos?
-Es que hoy no tengo ganas. Le respondió. Voy a ver si a Sofí se le ocurre algo entretenido. Samy fue al cuarto de Sofí y llamó a la puerta: “Tun, tun”. No hubo respuesta.
-Sofí ha ido a la biblioteca le dijo su madre a devolver todos los libros que trajo la semana pasada. Y seguramente traerá un centenar más.
-Por lo menos ella no se aburre repuso Samy.
-Tú tampoco tienes por qué aburrirte le sugirió su madre. ¿Por qué no vas a jugar con Pinchi?
Y Samy se fue a casa de Pinchi. Encontró a Pinchi tumbado en su hamaca.
-Hola, Pinchi ¿Qué estás haciendo?
-¿Qué te parece que estoy haciendo? Contestó Pinchi. Estoy tumbado en mi hamaca.
-Estoy aburrido le contó Samy ¿no se te ocurre nada divertido que podamos hacer?
-¡Claro! ¿Por qué no te hechas en la hamaca a mi lado?
-¡Puash…! respondió Samy. Eso es todavía más aburrido.
-Te aseguro que no lo es replicó Pinchi, pero si a ti te aburre, ¿por qué no vas a ver que está haciendo Lily?
Y Samy se fue a la casa de Lily. Lily estaba en el salón, pintando.
-Hola, Lily le dijo Samy. Estoy aburrido. ¿No se te ocurre algo divertido que podamos hacer? -¡Seguro que sí! Ayúdame a pintar esta muñequita de puntos y luego le hacemos un marco en cartón rojo. O también puedes pintarme la cola…
-¡Puash…! Respondió Samy. No tengo ganas de pintar. ¿No se te ocurre ninguna otra cosa?
- No… repuso Lily. A mí me gusta pintar ¿Por qué no vas a ver qué está haciendo Gubo?
Y Samy se fue a la casa de Gubo. Encontró a Gubo fuera con la lupa en la mano, mirando atentamente algo en la hierba.
-Hola, Gubo lo saludo Samy. ¿Qué estás haciendo?
-¡Hormigas! dijo Gubo. Estoy observando a las hormigas, Gubo le dio un tirón a Samy y, acercándolo, le puso la lupa en las manos. Agáchate y verás cientos de hormigas. ¡Son muy Interesantes! Samy miro a través de la lupa.
-¡Puash…! No quiero ver hormigas. Me dan escalofríos. ¿No se te ocurre algo divertido que podamos hacer?
-Nooo… respondió Gubo. Ahora estoy Observando hormigas. ¿Por qué no vas a ver qué está haciendo Saltarín?
Y Samy se fue a casa del conejo Saltarín. El conejo estaba en el patio jugando al baloncesto. Cuando vio a Samy le echó la pelota.
-¿Quieres jugar? Le dijo.
-No respondió Samy, No tengo ganas de jugar baloncesto. ¿No se te ocurre algo divertido que podamos hacer?
-Mira esto dijo el conejo: ¡soy el conejo saltarín! y de un salto metió la pelota en la cesta.
Samy suspiró. Nadie tenía ninguna idea divertida. Pero quizás pudiera jugar con Aly. Y se fue a casa de Aly corredora. Encontró a la abuela de Aly pintando la entrada de la casa.
-Hola, abuela de Aly dijo Samy. ¿Está Aly en casa?
-Está acostada, con dolor de garganta.
-¡Vaya! Exclamo Samy, y tras una pausa repuso: Estoy aburrido. ¿Quiere jugar conmigo?
-La abuela de Aly se rió.
-No puedo, Samy. Estoy ocupada.
-Nadie quiere divertirse conmigo se quejó Samy. Estoy tan aburrido…
-Pues… si te aburres, creo que es culpa tuya. De ti depende pasarlo bien o no. De nadie más -¿Cómo puede ser eso? Preguntó Samy.
-Siempre puedes divertirte, si quieres. No necesitas que nadie lo haga por ti. Mira a tu alrededor y piensa. Seguro que encuentras algo divertido que hacer.
-Samy miro a su alrededor. Vio nubes…, arboles… había tres cubos de basuras junto a la pared de la casa. Encima de uno de ellos vio un aparato de radio desvencijado, con cables que le salían por todos lados. Entonces se le ocurrió. ¿Ya no necesita esa radio? le pregunto a la abuela de Aly.
-No. Está estropeada. Por eso la tiré.
-¿Puedo quedármela? ¡Me encantan las radios!
-¡Claro! Dijo la abuela de Aly.
Samy cogió la radio, se la llevo a su casa y la puso en el suelo de su cuarto. Empezó a examinarla. Tardó unas cuantas horas en hacer que volviera a funcionar, pero para la hora de comer ya había terminado. La ató con unos lazos y le pego estrellas por todas partes. Finalmente, se la llevo de vuelta a casa de Aly. Hola…
-¿qué tenemos aquí? -pregunto la abuela de Aly.
-Un regalo para Aly, para que se ponga bien pronto -explicó Samy-. La arregle para que pudiera escucharla mientras se mejora. Y ya no estoy aburrido. Descubrí como entretenerme.
-¡Estupendo! Exclamo la abuela de Aly. Entremos Vamos a llevársela.
Cuando Aly vio la radio, se le dibujo en la cara una sonrisa tan amplia como una tajada de melón. ¡Me encantan los lazos
DISCUSIÒN:
·         ¿Por qué está aburrido Samy? ¿Quién tiene la culpa de que esté aburrido? ¿Sofí? ¿Pinchi? ¿Lily? ¿Gubo? ¿El conejo saltarín? ¿la abuela de Aly? O alguna otra persona?
·         ¿Qué le enseñó a Samy la abuela de Aly, sobre cómo divertirse?
·         ¿Te sientes aburrido a veces?
·         ¿Cómo crees que puedes remediarlo?
·         ¿De quién depende tu actitud? ¿De ti o de alguien más?
PRIMEROS PASOS:
·         La próxima vez que te sientas aburrido, por qué no pruebas a hacer algo por alguien, como lo hizo Samy.
·         Trata de hacer algo hoy, que siempre te haya dado susto: atreverte a hablarle a alguien que te gusta, responder las preguntas de la profesora, dormir a oscuras…
·         La próxima vez que estés de mal humos y tengas ganas de contestar mal o portarte con brusquedad, contrólate y no lo hagas.
·         Si llegas a hacer algo mal pide disculpas, no esperes a que alguien te diga que debes pedirlas.
·         ¡El aburrimiento despierta nuestra creatividad! Si entre las 2 opciones, elegimos disfrutar del momento y divertirnos, habrá que buscar una manera creativa de hacerlo. Coger una caja de cartón y convertirla en un camión, coger una manta y convertirla en un teatro, coger ropa del armario y convertir la habitación en una tienda.... Todo puede convertirse en un juego!!
CONCLUSIÓN:
A veces tratamos de culpar a otros por lo que nos pasa o por cómo nos sentimos: padres, amigos, profesora, a la vida que nos tocó vivir. Queremos que alguien resuelva nuestro problema y nos alegre el día…pero al igual que Samy, debo descubrir que mi actitud depende de mi.
El aburrimiento no es una pérdida de tiempo, el aburrimiento nos permite crecer como personas.




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